La familia es el grupo en el que se aprenden normas, valores y modos de relacionarse que permiten a los hijos desarrollar un apego a la vida y una adecuada integración en la sociedad. Sin embargo, los problemas entre los padres, los distintos tipos de personalidades, las fallas en la comunicación o bien fallas en la resolución de problemas pueden afectar esta condición. Por ejemplo, una de las experiencias que se sabe generan mayor grado de confusión y sufrimiento es la que se genera cuando por cualquier razón, uno de los padres descalifica al otro ante los hijos e hijas, lo que hace que el cariño que sienten los niños, niñas o adolescentes hacia el padre menospreciado, sea contradictorio y confuso, generando cambios afectivos que disminuyen sus defensas adaptativas, llegando en ocasiones a producir tendencias autodestructivas.

Se considera tendencias autodestructivas a toda conducta que ponen en peligro la vida o la integridad de la persona, como por ejemplo:

  • Consumo de sustancias tóxicas (automedicación)
  • Conductas suicidas o de alto riesgo para la vida.
  • Cutting
  • Drogadicción
  • Sexualidad desordenada (Intercambio sexual sin protección y con parejas múltiples y/o desconocidas)

 

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¡genera acciones!

Algunas recomendaciones para disminuir el riesgo suicida:
  • Hablar al respecto con alguien que pueda ayudar. Buscar un terapeuta, algún amigo o amiga, miembro de la familia o cualquier persona que pueda escuchar o ayudar.
  • Mantener distancia de cualquier medio de suicidio. Se debe controlar estrictamente o deshacerse de medicamentos peligrosos o de objetos que puedan usar para causarse daño, como armas, sustancias tóxicas, objetos punzo cortantes, etc.
  • Evitar consumir alcohol o medicamento no prescrito específicamente.
  • Iniciar actividades que sean agradables y que distraigan los pensamientos suicidas.
Conductas de riesgo:

Son patrones de comportamiento que anuncian la intención y el deseo de morir y son característicos de las personas con tendencia suicida:

  • Alteraciones en los hábitos de dormir o de comer
  • Cambio repentino en su estilo de interacción efectiva.
  • Pérdida repentina de interés por las cosas cotidianas.
  • Visión negativa del mundo y del futuro.
  • Aislamiento repentino.
  • Cambios notorios y extraños de la personalidad.
  • Desprendimiento de objetos de valor personal.
  • Conducta violenta hacia los otros y/o hacia si mismo, por ejemplo el Cutting.
  • Consumo de sustancias toxicas con patrón de abuso.
  • Aburrimiento persistente, dificultades para concentrarse, deterioro inusual en la calidad de trabajo o en el rendimiento escolar.
  • Mensajes de muerte y/o despedida abiertos o encubiertos.
Algunas recomendaciones para la atención al intento suicida y cutting

Algunos factores presentes en el contexto familiar y escolar demuestran una influencia directa en el comportamiento del adolescente y actúan como estresores cotidianos. Por ejemplo la falta de tranquilidad y estabilidad en la vida familiar son factores que colocan al niño o adolescente en un clima de inseguridad que si se agrega esto a un sistema desequilibrado de relaciones entre iguales dentro de la escuela, posibilitan en consecuencia el incremento de conductas autodestructivas.

Para prevenir estos comportamientos en el niño o adolescente es importante reconocer que sus causas son múltiples y complejas. Surge como consecuencia de una interacción problemática con el ambiente familiar principalmente.

¿Qué hacer ante una situación de riesgo?
  • Usar la mejor capacidad de escuchar y comunicar.
  • Hablar con franqueza y sinceridad.
  • Alentar a la persona a que hable sobre lo que piensa y siente.
  • Permitir que se exprese libremente, sin juzgar, ni criticar.
  • Mantenerse interesado en escuchar.
  • Confiar en las percepciones sobre la posibilidad de que esa persona tenga conductas autodestructivas, y explorarlo intencionadamente.
  • Preguntar si ha pensado en matarse y/o lastimarse, en cuantas ocasiones, y cuál ha sido la motivación de esa conducta?
  • Tomar seriamente las ideas suicidas.
  • Proponer postergar la decisión de hacerse daño o atentar contra de sí mismo, hasta estar más tranquilo o relajado.
  • Si es necesario buscar la ayuda de alguna institución especializada o un profesional.
¿Qué no hacer?
  • No regañar, ni criticar. Tratando de entender los motivos que originan ese estado y motivan esas conductas.
  • No descalificar el dolor o la razón que motivo a presentar las conductas autodestructivas.
  • No discutir con la persona sobre si es correcta o incorrecta la conducta autolesiva
  • No poner a la persona en situación de reto o desafío para mostrarle que es incapaz de hacerlo.
  • No prometerle que se va a mantener el secreto, ya que ante el peligro inminente podría ser necesario comunicarlo con autoridades competentes, o con la familia.