El embarazo adolescente es resultado de diversas circunstancias culturales, sociales y económicas. La incertidumbre, la falta de oportunidades que viven las y los adolescentes, la visión social de la adolescencia, el incremento en la violencia y la ausencia de políticas públicas con enfoque de derechos de niñez y adolescencia, orientan a las y los adolescentes al inicio temprano de la vida sexual activa y por ende a los embarazos.

Otros factores que influyen son: la inequidad, la exclusión de oportunidades educativas y laborales, el no tomarlos en cuenta como sujetos activos de derechos, la insuficiente educación sexual, la desigualdad de género, el matrimonio infantil, la presión social, la falta de acceso a anticonceptivos, la coacción sexual y la subinversión en el capital humano de niñas y adolescentes.

Los embarazos en menores de 18 años y particularmente en menores de 15 son por lo general el resultado de la ausencia de poder de decisión y reflejan falta de autonomía y poca auto-valoración.

 

Los embarazos en adolescentes están entrelazados con problemas de derechos. Son un problema de salud pública y son considerados por la OMS como de alto riesgo, además de acarrear una serie de implicaciones de atención en el sector salud en cualquiera de las opciones que tomen las adolescentes.

En muchos contextos, traen como consecuencia la estigmatización de las niñas y adolescentes, obstaculizando que se les proporcionen servicios educativos y de salud de calidad y acordes con la situación por la que atraviesan.

También tienen implicaciones en el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, específicamente los que se refieren a educación, mortalidad infantil, salud materna, equidad de género y atención a la población más vulnerable, perpetuando la pobreza y la exclusión.

 

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¡genera acciones!

Fomentar una cultura de reconocimiento de niñas, niños y adolescentes como sujetos de derechos y de respeto a sus derechos humanos desde una perspectiva multidimensional y holística es importante:

  • Desarrollar intervenciones preventivas con niñas y niños de 10 a 14, ya que en ésta edad, la gran mayoría de los embarazos son consecuencia de violencia
  • Canalizar recursos para mantener a las niñas saludables y seguras, fortaleciendo su identidad, su perspectiva como sujetos activos de derechos, su trayectoria de vida, su autonomía y su capacidad para tomar decisiones.
  • Implementar acciones para lograr que las niñas asistan a la escuela y permanezcan en ella.
  • Ampliar los programas de educación sexual y acceso a servicios, aportando información pertinente que les permita a las y los adolescentes un ejercicio sano y responsable de su sexualidad y generando políticas públicas y programas de atención de sus derechos sexuales y reproductivos de los y las adolescentes.
  • Apoyar el involucramiento de niños y adolescentes hombres en la prevención de embarazos adolescentes y el acompañamiento a niñas embarazadas.
  • Eliminar el matrimonio de menores de 18 años y prevenir la violencia y coacción sexual.
  • Proteger los derechos a la salud, educación, seguridad y libertad frente a la inequidad y la exclusión.
  • Desarrollar un marco normativo basado en los principios de los derechos humanos, la igualdad y la sustentabilidad.
  • Proteger a las hijas e hijos de niñas y adolescentes.
  • Desde las instituciones, contemplar acciones de sensibilización a través de talleres con las y los adolescentes para consolidar su identidad, fortalecer su legitimidad como sujetos de derechos y aprender a manejar sus emociones, de manera que puedan hacer una elección consciente y responsable en cuanto a sus proyectos de vida y en relación con su salud sexual y reproductiva.
  • Falta del periodo menstrual.
  • Cansancio.
  • Aumento del tamaño de los senos.
  • Cambio de tamaño y de color de las aureolas de los pezones.
  • Aumento del volumen abdominal.
  • Náuseas y vómitos.
  • Algunas veces, mareos y desmayos.
  • Cambios en el peso corporal.
  • Las pruebas de laboratorio pueden ayudar a detectar un embarazo aún antes de hacer el examen físico, el análisis de sangre puede detectarlo incluso a casi seis días después de la concepción o las pruebas caseras de orina que dan resultados positivos una semana después de la fecha en la que debería de aparecer la menstruación.

Acciones de atención directa: Orientadas a adolescentes embarazadas a fin de garantizar el ejercicio de sus derechos y la seguridad de ellas y sus bebés. Es conveniente saber que en 32 entidades del país, es legal que una mujer aborte en caso de violación, en diferentes estados aplican otras causales.

Acciones de remediación: Para permitir a aquellas niñas y adolescentes que tienen hijos, el que continúen con sus estudios, proporcionen un cuidado responsable y adecuado a sus niños y niñas y continúen desarrollándose integralmente.

Acciones de incidencia: Garantizando que la estrategia de intervención sea parte de la política pública de atención integral a los y las jóvenes en el Estado y de la operación de los Sistemas Municipales, Estatal y Nacional de Protección.